Ronald Reagan, el actor presidente que marcó la historia de occidente

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El galán del cine de los años 30 que conquistó la Casa Blanca.
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By General Electric - http://www.reagan.utexas.edu/archives/photographs/history.html; Courtesy Reagan Library, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=257818
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La delgada línea entre actuar y gobernar que identificó Ronald Reagan

Enfilado con la línea más conservadora del Partido Republicano, Ronald Reagan, conocedor del manejo de las cámaras, las sonrisas a tiempo y la cercanía con el público, cautivó al electorado de Estados Unidos en 1980. Ya antes los había conquistado desde las pantallas. Así, se convirtió en el presidente número 40 de la nación de George Washington y Abraham Lincoln; las más poderosa de occidente y en plena Guerra Fría con la URSS.

Reagan trabajó en 69 películas de cine, iniciando en 1937 y hasta 1964, cuando protagonizó The Killers, de los Studios Universal basada en la novela de Ernest Hemingway. Además, desde 1950 empezó a tener apariciones en la televisión, lo que lo acercó más aún a los ciudadanos del común. Su voz era la elegida para narraciones radiales y cinematográficas, y era un hombre bien parecido y de sonrisa encantadora. Adicionalmente, desde su trabajo artístico, se encargó de hacer sus primeros pinitos políticos al convertirse en el presidente del Sindicato de Actores, cargo que le dio mayor notoriedad.

Ronald y Nancy Reagan en su boda. The U.S. National Archives

Y como los políticos actúan y los actores tienen que saber moverse en el poder, Ronald Reagan unió todo este conocimiento y se dedicó de lleno a trabajar con el Partido Republicano de los Estados Unidos.

Con ellos de su lado, se presentó a las urnas para ser el Gobernador de California, ganó en 1966, y luego repitió en 1970. A partir de 1974 acompañó las campañas presidenciales, moviendo fichas para el bienestar de su partido. Supo esperar a que fuera su turno con paciencia. Vio como cayó Nixon; vio como Gerald Ford lo sucedió; vio como luego este no consiguió la reelección en 1976 entregando el poder al Partido Demócrata… y entonces supo que llegaba su momento. Así mismo, mientras estuvo en el poder, abrió el camino para que George Bush prolongara el tiempo de los Republicanos en la presidencia.

En el gran teatro de la General Electric. Fotografía: General Electric – Courtesy Reagan Library, Public Domain

Actuar la presidencia

Siendo presidente, un reportero de ABC le preguntó a Reagan qué de su formación como actor le había sido útil para su ejercicio en el gobierno; la respuesta fue contundente: “Hubo momentos en esta oficina en los que me pregunté cómo podría ser posible hacer este trabajo si no hubiera sido actor”. ¿En qué sentido? Pues sus habilidades en la actuación le ayudaron trabajar sobre su propia percepción frente a la ciudadanía; él lograba aparecer como amable y utilizaba estas habilidades también para conseguir consensos en el Congreso que le permitirán gobernar con holgura.

En palabras del historiador presidencial, Julian Zelizer, en un análisis realizado para CNN, indica que “Lo básico sobre la actuación de Reagan y su imagen pública siempre fue que podía vender el conservadurismo al público en un nivel amplio”. Luego, agregó, “así era como él se vendía: siempre tenía una grata sonrisa; de esta manera las ideas conservadoras extremas no resultaban ni desagradables ni malas”.

El salto de la comunicación

El mundo del espectáculo es comunicación permanente. La administración de Ronald Reagan lo tenía claro: gobernar es también un espectáculo, y es necesario comunicarlo bien. Por eso le llamaban “el gran comunicador”. Durante esta presidencia se dio un gran salto en la manera como se ejercía la labor de la oficina de relaciones pública, tanto en volumen de mensajes como en el diseño de los mismos y uso de las tecnologías al servicio de los mensajes; por ejemplo, un dato concluyente: se quintuplicó el número de videos frente al anterior habitante de la Casa Blanca.

De la misma manera, los discursos de Ronald Reagan presentaron nuevos panoramas a los ciudadanos. Tenían historia y drama, ternura y emociones. Uno de los más recordados, por lo terrible del momento, así como por lo impactante del planteamiento, fue el que pronunció cuando le anunció al país que el transbordador Challenger, con toda su tripulación, había explotado.

“Hoy es un día de luto y recuerdo…”

Así comenzó sus palabras, que llevaron a los espectadores de todo el país, atentos por el acontecimiento, por un recorrido de cercanía con esos seres humanos, pero también por el heroísmo de la nación misma, por el orgullo de ser estadounidense, siempre corazón de todo lo que decía. Finalmente, cerró de esta manera sus palabras:

“La tripulación del transbordador espacial Challenger nos honró por la forma en que vivieron sus vidas. Nunca los olvidaremos, ni olvidaremos esa última vez que los vimos, esta mañana, mientras se preparaban para su viaje y se despidieron y ‘deslizaron las amarras ataduras de la tierra’ para ‘tocar el rostro de Dios’”.

Un cierre magistral, con algo de teatral, al tomar las palabras de John Magee en su poema Vuela alto. Ese era el talante del presidente-actor, con tal sensibilidad, pero también con la capacidad estratégica para conseguir la firma del tratado con la Unión Soviética para la reducción de armas nucleares, en 1987.

Candidatura en el estado de Florida. Foto: Florida Memory, Flirck

El estratega y el gran comunicador

Aunque durante su primer gobierno se presentaron incidentes con la URSS que llevaron a tener los misiles listos y el ejército en el cuartel, a su mandato se le atribuye el mejoramiento de las relaciones con la Unión Soviética y la terminación de la Guerra Fría. Y en ello tuvo que ver, además de condiciones externas, también la empatía y conocimiento de lo humano propio de la formación del actor. Esa habilidad de comunicar, con diversión a veces, aún en los más solemnes momentos, fue el que le impulsó a decir en uno de sus discursos en Alemania, ante la Puerta de Branderburgo en 1987, Gorbachov abre esa puerta. Gorbachov tumba ese muro. Y ese milagro de unión se dio solo dos años más tarde.

Así era el gobernante más viejo que ha tenido los Estados Unidos —recibió la primera presidencia cuando tenía 69 años, entregó a los 80—, y sin embargo se ocupó de presentar una imagen siempre impecable y atlética, gracias a la cual la edad no fue nunca un obstáculo entre él y su relación con el pueblo estadounidense.

Y ahora, cuando nuevamente están los Republicanos en el poder, uno de sus líneas de mandato, ha renacido: “Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grandioso”.

Encuentro entre los presidentes de EE. UU y la URSS en 1986. Fotografía: Fed Govt – http://www.reagan.utexas.edu/archives/photographs/gorby.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10295311

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