Andrés Julián Rendón, a grandes ligas

Compartir
Share
No es fácil reunir en una sola persona las características que definen a un buen político. Hay algunos que son preparados, pero tiene poca cercanía con la gente, los hay quienes tienen buenas intenciones pero carecen de habilidades para liderar y otros tantos pueden tener destrezas para gobernar pero no para comunicar. Andrés Julián Rendón… View Article
Compartir
Share

Compartir
Share

No es fácil reunir en una sola persona las características que definen a un buen político. Hay algunos que son preparados, pero tiene poca cercanía con la gente, los hay quienes tienen buenas intenciones pero carecen de habilidades para liderar y otros tantos pueden tener destrezas para gobernar pero no para comunicar.

Andrés Julián Rendón tiene una buena mezcla en sus justas proporciones y ha podido demostrar habilidades particulares en los diferentes cargos en los que ha estado. Cada uno le ha permitido destacarse y dejar en claro cuál es su sello: cuando fue secretario de Gobierno de Antioquia lideró junto al gobernador Luis Alfredo Ramos un ambicioso plan para combatir la inseguridad en el departamento; ahí Andrés Julián demostró dos cosas, que a pesar de su talante conciliador es un dirigente de decisiones verticales y que las crisis no lo empequeñecen, al contrario, es un político que se crece en medio de la tormenta.

De otro lado, su elección como alcalde de Rionegro, uno de los municipios más importante de Antioquia, reforzó la idea de que es bueno en la menuda política, atrayendo alianzas, seduciendo votantes y creando una marca propia. La verdad es que antes de su paso por la Gobernación no había estado en el radar de muchos, más allá de los ciudadanos del Oriente antioqueño y de algunos líderes políticos que siempre están a la búsqueda de nuevos prospectos.

Desde muy joven Andrés Julián sabía qué iba a hacer en su vida, llegó al Concejo de Rionegro a una edad temprana y, a pesar de su juventud (23 años), se destacó por la rigurosidad de sus debates y propuestas. Muchos lo vieron como una carta segura para conducir a su ciudad, que había tenido buenos gobernantes, pero se iba viendo la necesidad de abrirle paso a las nuevas generaciones.

En dos ocasiones intentó infructuosamente ser elegido alcalde, sin embargo ese camino le dejó un grupo de trabajo que lo acompañaría en su aspiración exitosa en 2015 y un conocimiento de su ciudad como pocos la tienen, por haberla caminado entera varias veces.

En una alianza que incluyó partidos, movimientos ciudadanos y rionegreros espontáneos alejados de la política se impuso con el 63% de los votos frente al candidato del alcalde en ejercicio; un triunfo que podría haberle inflado el ego a cualquiera, pero para él se convirtió en un mandato muy comprometedor y la carta blanca para transformar su ciudad.

Hay quienes dicen que el día de su elección se iniciaron dos quiebres, uno: en la vida del nuevo alcalde que tendría encima los ojos de los generadores de opinión, empresarios, dirigentes ciudadanos y políticos, que siempre están al acecho de nuevos liderazgos; y dos: para la ciudad, que podría comenzar en serio su proceso de transformación aplazado durante tantos años.

A pesar de que Rionegro tiene ventajas comparativas como pocas ciudades antioqueñas (aeropuerto, zona franca, entre otras), se había mantenido la idea de ser visto todavía como un pueblo. Desde el primer día de gobierno, Andrés Julián cambió esa percepción: su ciudad podría ser el epicentro de un polo de desarrollo no sólo para el Oriente, sino que se convertiría en un nuevo referente para Antioquia.

Para que eso ocurriera, con su equipo empezó a pensar en grande, diseñaron el más ambicioso plan vial y de renovación urbana en toda la historia de la región. “Lo que está planeando el Alcalde es llevar no sólo a Rionegro sino al Oriente, a 50 años adelante desde ya. Eso sin duda lo pone en primera fila para buscar la Gobernación de Antioquia”, dice un destacado dirigente empresarial del departamento, que pidió se omitiera su nombre porque “después dicen que soy su jefe de campaña”.

¿Qué viene para Andrés Julián Rendón?

Las encuestas conocidas en medios de comunicación muestran una favorabilidad del 77.5% (abril de 2018, Minuto30.com), en un momento en el que la tendencia es al alza porque justo en los dos últimos años de gobierno los alcaldes entregan las obras que comenzaron.

Podría decirse entonces que dos de los tres retos políticos que medirán el futuro de Andrés Julián se han cumplido: 1. Haber sido elegido alcalde en 2015, con una diferencia frente al segundo, de casi 35 puntos. 2. Que alguien cercano a él, Esteban Quintero, haya obtenido la segunda mayor votación para Cámara en Antioquia en 2018.

Su gran reto, ahora, será que la ciudadanía premie en 2019 su gestión, eligiendo un candidato que sientan cercano a él y que pueda seguir el proceso. Con los números que muestran las encuestas, no lo tendrá difícil, además porque el 87% de los indagados se sienten satisfechos de vivir en Rionegro bajo su administración.

Una gran ventaja que tiene Andrés Julián es que hoy por hoy es el miembro del Centro Democrático con cargo de mayor relevancia en el poder ejecutivo, y que al gobernar el municipio donde vive y transita a diario el expresidente Álvaro Uribe y quienes lo visitan, tiene todas las posibilidades de que las altas esferas de su partido conozcan de primera mano su gestión; lo que podría ayudar a mantener la confianza de su colectividad para el futuro.

Con 40 años recién cumplidos tiene la fortuna de haber podido hacer escuela en diferentes niveles, algunos le reprocharon que se regresara a Rionegro cuando ya había sido gobernador encargado de Antioquia por 11 ocasiones. El tiempo le ha dado la razón y los números e imágenes de la transformación de su ciudad en cuatro años, serán la mejor carta de presentación si en los próximos años decide someter su nombre al escrutinio popular de nuevo.

La lógica dice que debería competir por la Gobernación de Antioquia, es un cargo que ya conoce desde adentro y su papel destacado en el Oriente -una de las regiones de mayor crecimiento en el departamento-, le podrían dar la confianza que necesita un dirigente para decidirse. Hay otros que dicen que en asuntos políticos la lógica no siempre debería primar y por eso lo han venido mencionando como posible alcalde de Medellín, una ciudad a la que conoce porque ha vivido y trabajado en ella durante muchos años.

Tendrá tiempo de reflexionar cuando termine su gestión en Rionegro el 31 de diciembre de 2019. Seguramente regresará a una de sus pasiones, la docencia, y allá con tranquilidad podrá definir por dónde será su paso a grandes ligas.

Compartir
Share

No hay comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Share