Álvaro Gómez Hurtado

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En la sección de Políticos en la Historia recordamos a Álvaro Gómez Hurtado, tres veces candidato presidencial, quien fue asesinado en la mañana del 2 de noviembre de 1995 cuando salía de una de las sedes de la Universidad Sergio Arboleda, donde dictaba la cátedra de “Historia Política y Constitucional de Colombia” en un episodio que hasta el día de hoy no ha sido resuelto y que truncó el destino de un personaje de quien siempre se dijo que sería Presidente de la República.

Álvaro Gómez Hurtado nació el 8 de mayo de 1919 en la ciudad de Bogotá, siendo el segundo de los cuatro hijos del Expresidente Conservador Laureano Gómez; cursó sus estudios secundarios en Argentina, Francia, Alemania y Bélgica, mientras su padre fungía como embajador en dichos países. En 1933 volvió a Colombia donde se graduó de abogado en la Pontificia Universidad Javeriana, ejerciendo además como escritor, periodista y político.

Como periodista inició su carrera en el periódico El Siglo, fundado por su padre, iniciando como traductor de cables y caricaturista y del que se hizo cargo cuando fueron destruidas sus instalaciones durante El Bogotazo, llegando a ser su director al exiliarse su padre. De igual manera durante los años 1940 y 1941 dirigió la Revista Colombiana, una publicación cultural y en 1975 fundó la revista  Síntesis Económica, y dirigió uno de los noticieros más importantes del país durante muchos años: el Noticiero 24 Horas. Escribió además numerosas editoriales, columnas de opinión, críticas de arte y artículos de variedades, incluyendo la publicación de varios libros entre los cuales se cuentan;  “La revolución en América”, “La calidad de vida” y “Soy libre” y en la cúspide de su carrera como periodista, obtiene en 1977 el Premio Nacional de Periodismo.

Como político su vida siempre estuvo ligada al Partido Conservador, del que su padre fue parlamentario y jefe natural, y por el cual fue Presidente de la República en 1950. Sus inicios en la política se dieron en Alemania, lugar al que tuvo que exiliarse junto con toda su familia en 1953 luego del golpe de Estado del General Gustavo Rojas Pinilla, cuando junto a grupos de juventudes alemanas hizo activismo a favor del candidato de centro Mariscal Hindenburg, mostrándose en contra de Hitler y el movimiento nazi.

A su regreso al país, se desempeñó como Concejal de Bogotá, Engativá (donde tuvo por colegas a Alfonso López Michelsen y Julio César Tubay) y otros municipios de Cundinamarca, Representante a la Cámara y Senador por casi 30 años y fungió como Embajador en Suiza, Italia, Francia y Estados Unidos, Embajador ante la ONU y ministro plenipotenciario, ocupando entonces un sinnúmero de cargos a pesar de declararse constantemente en contra de la burocratización del Estado colombiano.

Se posicionó como un líder nato dentro del conservadurismo, tal vez por ser hijo de Laureano Gómez o quizá por su posición de humanista, pero lo cierto es que desde el Senado se convirtió en una voz que buscaba conciliar las fuerzas de la izquierda y la derecha para lograr el desarrollo del país a través de la educación, el desarrollo humano, la organización y la planificación. Se preocupó por el medio ambiente y la ecología, llegando a hablar incluso de desarrollo sostenible, materia escasa para esos años. También formuló por primera vez la idea de la despenalización del consumo de las drogas, planteó la autonomía del Banco de la República y el control fiscal, el sistema penal acusatorio y la elección popular de alcaldes y gobernadores; llevando estas ideas a la Asamblea Constituyente de 1991 de la cual fue uno de sus bastiones.

Álvaro Gómez fue secuestrado en mayo de 1988 por el M-19, siendo liberado dos meses después gracias a las gestiones del exministro conservador Álvaro Leyva. Sus pensamientos sobre el secuestro los dejó plasmados en el libro “Soy Libre” publicado en 1989. Y uno de los episodios que demostró su talante fue la capacidad que tuvo de compartir la presidencia de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 con un miembro del grupo guerrillero que lo secuestró, Antonio Navarro Wolff, quien ya desmovilizado representaba a la AD-M19.

Fue asesinado en un episodio que ha sido calificado como un magnicidio y del que se ha acusado al gobierno de la época encabezado por Ernesto Samper, contra quien en los últimos años Álvaro Gómez lanzó numerosas editoriales desde el periódico “El Nuevo Siglo” en las cuales pedía la renuncia del Presidente ante los escándalos de corrupción y alianzas con el narcotráfico, razón por la cual muchos creían que estaba fraguando un golpe de Estado. En un país de retóricas y ambigüedades, por frases como “tumbar al Régimen”, los que dieron la orden de asesinarlo entendieron “tumbar al gobierno de Samper” y silenciaron a una de las voces más importantes de la segunda mitad del Siglo XX, que en un país de delfines, fue mucho más que el hijo de Laureano.

• Se desempeñó como miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y la presidió junto a Horacio Serpa y Antonio Navarro Wolff.
• Fue candidato a la Presidencia de la República en tres ocasiones: Dos veces por el Partido Conservador (1974 y 1986) y una vez por el Movimiento de Salvación Nacional, fundado por él (1990), obteniendo un máximo de 2’588.050 votos en el año 1986.
• Se casó con  Margarita Escobar López el 22 de junio de 1946, con quien se había conocido en París cuando sus familias vivían en el mismo edificio de la capital francesa, se casaron en la ciudad de Bogotá y tuvieron, en casi cincuenta años de matrimonio, tres hijos: María Mercedes, Mauricio y Álvaro José.

“El 4 de julio de 1991 será recordado por todos los colombianos como símbolo de grandeza. Ese día la civilidad se impuso a la barbarie, la inteligencia a la fuerza y la cordura del espíritu a la insolidaridad de los propósitos”

Fuente fotográficas: http://alvarogomezartista.blogspot.com.co/

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