El sionismo es un movimiento político nacido a finales del Siglo XIX en Europa, que buscaba la construcción de un Estado judío. Se origina por el fracaso de la integración del judaísmo en las naciones europeas y el consecuente aumento del antisemitismo. El término fue acuñado por el austriaco Nathan Birnbaum en 1890 y se deriva de la palabra Sion, uno de los nombres bíblicos de Jerusalén
Sus objetivos se discutieron en la Organización Sionista Mundial, fundada en el año 1897 en Basilea (Suiza) por Theodor Herzl, quien es considerado el padre del sionismo. En ellos se establece el Estado creado sería el hogar de todos los judíos del mundo y que para ello se realizarían diversas actividades tales como la promoción de asentamientos y de organizaciones judías locales en todos los países además del fortalecimiento de la conciencia judía.
El libro Judenstaat, de Herzl es considerado como punto de partida del movimiento sionista.
Las bases del sionismo son:
El vínculo ancestral con Israel y Jerusalén.
La Aliyah (inmigración) a Israel desde todos los países del mundo y la integración de los diversos grupos inmigrantes en la sociedad israelí.
El fortalecimiento de Israel como Estado judío, sionista y democrático, respetando las diversidades del pueblo judío.
La promoción de la educación judía y la enseñanza del hebreo como idioma nacional.
La defensa constante de los derechos y los intereses del pueblo judío y la lucha constante contra toda forma de antisemitismo.
Construcción de ciudades y población del territorio.
Se identifican varios tipos de sionismo:
Sionismo político: proponía el establecimiento de un Estado Judío soberano e independiente a través de la diplomacia y la política.
Sionismo práctico: Uso de prácticas como la inmigración a pesar de las inadecuadas condiciones políticas existentes en el territorio.
Sionismo sintético: buscaba la consolidación de todas las vertientes enfocándose en el objetivo común y haciendo hincapié en la actividad sionista en los distintos países.
Sionismo socialista: luchaba por lograr la emancipación de los judíos a través de la fusión con el socialismo.
Sionismo religioso: se basa en la fusión de la religión y la nacionalidad judías, aspirando a la restauración política y religiosa.
El sionismo no tuvo en sus inicios el apoyo y simpatía de la gran mayoría de judíos ubicados en Europa occidental que se veían como ciudadanos con derechos plenos en sus respetivos países; al igual que es rechazado por organizaciones marxistas y anarquistas quienes consideraban que al erradicar la religión, la distinción entre judíos y no judíos desaparecería. Por su parte, muchos judíos ortodoxos se enfrentan al movimiento sionista y sostienen que el regreso a la Tierra Prometida debe ser producto de la redención mesiánica.
Su culmen se dio con el establecimiento del Estado de Israel en 1948.
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