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Para la foto de la esperanza

Primera reunión del Gran pacto por Colombia, Casa de Nariño. Foto: Presidencia de Colombia

El primer gran resultado de la consulta anticorrupción ya está sobre la mesa: el presidente Iván Duque se ha sentado en la misma mesa con las diferentes fuerzas políticas de Colombia para juntos cerrar filas en la lucha contra la corrupción, en el camino de consolidar algo que han denominado “gran pacto por Colombia”.

En una misma mesa tomaron lugar personajes de todas las corrientes políticas, muchas de las cuales se han declarado en oposición al Gobierno: los presidentes de las mesas directivas del Congreso, los directores y voceros de todos los partidos, así como los promotores de la consulta anticorrupción, la piedra angular para la convocatoria al encuentro.

Y sí, en la foto están, en una misma mesa, el presidente Iván Duque, los voceros del partido de las Farc Rodrigo Londoño y Carlos Lozada; el expresidente liberal César Gaviria, entre otras personalidades políticas colombianas.

Este pacto plantea la construcción en conjunto de un futuro para el país, por encima de las diferencias, las divisiones por ideología, las rencillas que vienen mascullándose entre unos y otros, y los odios, presentes en el panorama político nacional.

“No se trata de pensar igual, no se trata de unanimismos, no se trata de eludir las sanas discrepancias de ideas que enriquecen la democracia; se trata de ser capaces de darle vida a los consensos necesarios para que seamos una nación grande, sólida y segura”. 

Iván Duque, presidente de Colombia.

Para las fake news, nuevamente protagonistas

La cuarta visita de los colombianos a las urnas en el año 2018 estuvo, nuevamente, duramente afectada por la llamada “posverdad”; esas noticias que se cuelan por las redes sociales y que, cargadas de ideología, de mitos, verdades a medias o francas mentiras, pero presentadas como información veraz, dificultan el ejercicio democrático transparente.

El tema más sensible resultó ser el económico, con diversas versiones, de textos extensos y “ampliamente argumentados” de cómo esto afectaría a cada colombiano, así:

Que bajar los salarios de los congresistas afectaría los de los demás funcionarios públicos en Colombia, puntualmente los de los policías, maestros y sector judicial, tres grupos que durante años han dado la lucha por mejorar sus condiciones salariales y laborales.

Que, al bajar los salarios, los congresistas tendrían que buscar como “ajustar” sus sueldos para poder mantener su calidad de vida.

Que esta reducción para los congresistas implicaría bajar el salario mínimo y afectar a todos los colombianos.

Otras informaciones tuvieron como fundamento que esta consulta planteaba normas que de hecho ya existen en la legislación colombiana, lo cual es solo parcialmente cierto, pero son medidas que sin estar en un engranaje mayor pierden su impacto. También se habló del interés velado de modificar la constitución, y por ese camino meter otros “micos” que afectarían el orden institucional.

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