Fujimori, entre amores y odios. De héroe a villano

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El pueblo peruano es testigo en el inicio de la década de los 90 de la entrada triunfal a la política de “El Chino”, un personaje prácticamente desconocido que llegaba al poder tras derrotar en la elección presidencial al candidato de la élite Mario Vargas Llosa. Desde entonces el fujimorismo llegó para quedarse y Perú no volvió a ser el mismo.
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Alberto Fujimori partió la historia de la política de su país, hoy después de 18 años de haber renunciado y con casi 30 años de haber llegado al poder, sigue siendo uno de los referentes políticos más importantes del pueblo peruano, despertando tanto amores como odios.

Fujimori, hijo de una pareja de inmigrantes japoneses que llegan a Lima en 1934, logra hacerse una carrera en la política luego de ser prácticamente un desconocido, pues sólo figuraba por ser un exitoso profesor universitario que contaba con un pregrado en Ingeniería Agrícola y con estudios de posgrado en Francia y Estados Unidos.

Cambio 90, movimiento político que lideraba Fujimori, logra llegar a la segunda vuelta presidencial con el 20% de los votos, hecho que lo catapulta a competir con el futuro Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien canalizaba los votos de los partidos tradicionales del centro y de la derecha mientras que Fujimori representaba algunos sectores marginales de la sociedad peruana, algunos empresarios e iglesias evangélicas.

El 10 de julio de 1990, Fujimori derrota a Vargas Llosa tras lograr el 60% de los votos al recibir el apoyo principalmente de grupos de izquierda.

Tras su llegada al poder, Fujimori recibe la asesoría del Fondo Monetario Internacional con el objetivo de realizar un plan de salvamento económico, hecho que había negado como candidato. La reestructuración económica y de precios a la que se llamó “Fujishock”, logró controlar la inflación, pero devalúo el salario de los trabajadores a punta de disciplina fiscal.

Si bien Perú se incorporó al sistema financiero mundial y para 1994 el país había crecido un 13%, la actividad sindical disminuyó y aumentó la actividad económica informal.

Durante el primer gobierno de Fujimori, se presentó el autogolpe de 1992. “El Chino” con el apoyo de las Fuerzas Militares disuelve el Congreso y el poder judicial debido a que este no le autorizó amplios poderes para legislar. Igualmente, durante su primer periodo, el gobierno de Fujimori, derrota al grupo insurrecto Sendero Luminoso y al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, hechos que consolidan su liderazgo y que encausan al país en la senda del desarrollo gracias a la inexistencia de un conflicto interno.

Para 1993 se desarrolló el Congreso Constituyente Democrático que proclamó una nueva constitución que le daba más poder al presidente y menos poder al congreso. Esta nueva constitución permitía la reelección y Fujimori se presentó a nueva contienda electoral para el año de 1995. Al año siguiente “El Chino” promulgó una ley que le permitiría presentarse a una elección por tercer periodo consecutivo, hecho que generó un profundo malestar pues atentaba contra el orden democrático; esta iniciativa fue luego derogada por el Tribunal Constitucional que la declaró “inaplicable”

La crisis de los rehenes, como se le llamó a la Toma de la residencia del Embajador de Japón en Lima, fue utilizada por Fujimori para consolidar su apoyo dentro de la población cuando comenzaban a visibilizarse denuncias de corrupción.

Bajo la presidencia de Fujimori, se dieron a conocer las presiones que recibían los medios de comunicación para favorecer la imagen del gobierno, investigaciones posteriores mostraron la injerencia que tenía frente a este tema uno de los principales asesores presidenciales, Vladimiro Montesinos, hoy privado de la libertad acusado de tráfico de armas y asesinatos masivos.

Para 1998, Fujimori firma con su homólogo ecuatoriano, Jamil Mahuad, un acuerdo de paz que finaliza la disputa territorial entre ambos países, conocida como la guerra del 41, este hecho le vale un amplio reconocimiento nacional o internacional.

Para finales de los 90, Fujimori era ampliamente cuestionado por la corrupción de su gobierno, sin embargo y al tener un amplio respaldo del congreso, logra habilitarse para un nuevo periodo presidencial que gana en las elecciones de mayo de 2000.

Tras la revelación de los “Vladivideos” donde se evidencia tajantemente la corrupción del gobierno de “El Chino”, éste sale del país a una cumbre la APEC para no volver.

Valiéndose de su doble nacionalidad peruano-nipona, “El Chino” se refugia en Japón y renuncia a la presidencia de su país a través de un fax, sin embargo, el congreso de la nación ya lo había apartado de su cargo por incapacidad moral.

Tras su exilio de cinco años en Japón, Fujimori regresa a su país con el objetivo de seguir participando en política arribando inicialmente a Chile donde es encarcelado y posteriormente extraditado y condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción.

Finalmente, y a pesar de que la historia aún no termina, el 25 de diciembre del 2017, Fujimori es indultado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski aduciendo causas humanitarias. Este indulto se logra gracias a la gestión del hijo menor del expresidente, Kenji, quien se cree negoció la libertad de su padre a cambio de no apoyar la moción de censura contra el presidente, acusado de recibir coimas de Odebrecht.

Extraoficiamente se menciona que Keiko, la hija mayor de Fujimori quien recogió las banderas de su padre y quien ha estado a punto de ser presidenta de Perú en las dos pasadas elecciones, no estaba de acuerdo con el indulto de su padre, temiendo perder el liderazgo de Fuerza Popular, partido político fujimorista quien tiene el 56% del Congreso.

La figura de “El Chino” tiene hoy divido al país entre quienes ven a Fujimori como salvador de la patria y entre quienes lo acusan de graves hechos en contra del pueblo peruano. Fujimori entre amores y odios.

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2 comentarios

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  • Wilfer Carlos

    Era joven aún cuando Fujimori llegó al poder; sin embargo su ascenso a él fue consecuencia de la desastroza administración del extinto ex Presidente Alan García quien dejó el país en una hiper inflación y con los grupos subersivos al borde de destrozar la democracia peruana. Se le recordará como un mal necesario para el pueblo peruano.

    • admindev

      Gracias por tu comentario Wilfer!

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