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El giro de ministra de Cultura a orientadora del empoderamiento de nuevos líderes para el país

Pulgar arriba para Paula Moreno, la ex ministra de Cultura de Colombia (2007 – 2010), por la publicación del libro El poder de lo invisible, la compilación temprana de las memorias de la primera mujer afrodescendiente que llegó al gabinete ministerial de Colombia, y la más joven ministra que ha existido en el país, pues asumió a este alto cargo a sus 28 años.

Se trata de una obra pensada y proyectada en términos de solidaridad, humanidad y resistencia, las tres cualidades que se marcaron en el alma de esta líder cultural en sus recorridos por Colombia durante sus tres años de permanencia en el ministerio.

La autora cuenta que cuando fue a posesionarse como ministra, con ese triple reto de ser mujer, joven y negra, buscó referentes bibliográficos para nutrir su experiencia, pero no logró encontrar biografías de líderes afro y jóvenes con vivencias similares a la suya. Desde entonces, ya de eso hace 10 años, se comprometió con ofrecer a los liderazgos en construcción su experiencia, su mirada, su historia, con la única aspiración de que sigan su propio camino en favor del desarrollo.

Paula Moreno fue ministra de Cultura en Colombia. Hoy dirige la fundación Manos Visible. Foto: Ministerio de Cultura de Brasil, licencia CC.

Desde que terminó su misión en el ministerio, Paula Moreno se ha dedicado a la Corporación Manos Visibles, que ella fundó. Esta entidad trabaja para empoderar líderes y organizaciones de comunidades excluidas con el fin de transformar las relaciones de poder.

El libro es una ofrenda a quienes la han acompañado, guiado y orientado en su vida, y al mismo tiempo, un homenaje al pueblo colombiano por sus testimonios de solidaridad, humanidad y resistencia, visibles en todos los rincones de la Patria.

En sus páginas va perfilándose la sensibilidad y el talante de la autora, sus reflexiones sobre Colombia, sobre el poder, sobre el necesario crecimiento de la base de liderazgo de las comunidades vulnerables y las minorías.

“Escribir este libro ha sido un ejercicio de psicoterapia individual y grupal”, indica en el cierre del prólogo, y continúa “No es fácil hablar de uno mismo, pero con este libro descubrí que a veces es necesario, porque la vida, la verdadera vida, siempre comienza de nuevo cuando uno la vuelve a contar”.

El primer alcalde de Colombia a quien la comunidad le revoca su mandato

Nelson García perdió su derecho a ser alcalde de Tasco, Boyacá, por decisión soberana de sus electores. Foto: Twitter.

Pulgar abajo para Nelson Javier García, alcalde del municipio de Tasco, Boyacá, primer mandatario en Colombia destituido de su cargo a través del mecanismo de revocatoria popular. “El no atendió a los campesinos, dijo que no había dinero y nunca tuvo la gentileza de recibir a la gente del campo en su despacho” dijo uno de los líderes del movimiento en favor de la revocatoria.

125 veces en el transcurso de 12 años había recibido la Registraduría Nacional del Estado solicitudes de municipios para revocar el mandato a sus alcaldes de turno. Los 124 casos anteriores no prosperaron. El de la comunidad de Tasco sí lo hizo.

En palabras de Pedro Castañeda, agricultor de la región y uno de los líderes de la convocatoria, lograron esta revocatoria porque “en Tasco ya no tragamos entero, toca masticar, despertamos. Ya no es fácil engañarnos”.

Castañeda, que cursó hasta cuarto de primaria, indicó que la comunidad, en especial la campesina, se sintió despreciada por su alcalde, quien no escuchaba sus necesidades. Al respecto, dijo: “Le trabajé la campaña para que llegara a la Alcaldía y nos demostró lo contrario, al negarse a desarrollar su plan de gobierno”.

Para conseguir este logro, la comunidad superó cuatro momentos críticos del proceso:

• Primero, el de asumir los liderazgos ante el sentimiento de hartura y descontento por una administración que no se ajustaba a los designios del programa de gobierno.
  

  Panorámica de la población de Tasco, Boyacá. Foto: Cayali, licencia CC

• Segundo, conseguir el total de firmas requerido por la Ley para que la solicitud de revocatoria fuera aceptada: igual o superior a 40% del total de votantes que se presentaron en la elección.
• Tercero, pasar la revisión de las firmas, que se realiza en Bogotá, para que la Registraduría acepte la convocatoria a las urnas.
• Cuarto, superar el umbral mínimo de votos para que la consulta sea válida: por lo menos 55% del total de votantes que se presentaron en la elección que se revocará. En Tasco requerían mínimo 1.382 sufragantes y llegaron a las urnas 1.658; de ellos, solo 21 dijeron no a la consulta por revocar el mandato.

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