Cinco poetas de las resistencias de América Latina
En el mes que celebra el día mundial del poeta, hacemos un homenaje a aquellos que han puesto su pluma como instrumento político en Latinoamérica.

La poesía con compromiso: América Latina en cinco poetas
“La poesía es un acto político porque implica decir la verdad”

La poesía ha sido una herramienta de la política y la política ha sido un tema para la poesía. Foto: https://www.flickr.com/photos/abee5/8314929977 Licencia CC.
Dicen algunos críticos literarios que la poesía actual ha abandonado las ideologías, y se ha vuelto individualista y descreída. No fue siempre así, y de eso da fe América Latina, que tuvo en los tiempos de las más duras dictaduras a los resistentes desde la pluma, hablando fuerte, casi todos desde dolorosos exilios. Y también a los idealistas del desarrollo social, o el marxismo, haciendo las revoluciones con la palabra como herramienta.
Las listas cometen el error de parecer anular a quien se excluye; y sin ese ánimo, pero con el deseo de exaltar la tinta que movilizó el pensamiento político del continente nos atrevemos a proponer cinco nombres de poetas, hombres y mujeres que en el siglo XX fueron fundamentales para que la ciudadanía permaneciera, resistente, ante la opresión y la tiranía, o para que expresara sus ideas y saliera a las calles en busca de la revolución.
Ernesto Cardenal (Nicaragua)
Dijo alguna vez: “Soy poeta, sacerdote y revolucionario”. Es el hombre que en Nicaragua utilizó la cultura para hacerle frente a la dictadura de Anastasio Somoza. Él fue partidario de una revolución desprovista de venganza, y desde esa ideología, colaboró de manera estrecha con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Cuando triunfó la Revolución Sandinista, Cardenal fue parte del gobierno como ministro de Cultura.
En el año 1983, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua, Cardenal recibió una fuerte reprimenda de parte de este jerarca de la iglesia: le recriminó que propagara doctrinas diferentes a la del catolicismo orientado por el Vaticano y por hacer parte del gobierno de la revolución, y al año siguiente le suspendió del ejercicio del sacerdocio. En enero de 2017 el Papa Francisco levantó este castigo.
Su lucha política ha continuado, ahora contra el gobierno vigente en su país de la actualidad “Esa monstruosidad se debe a que tenemos una dictadura. El presidente y la primera dama (Rosario Murillo), la pareja presidencial, como se dice allá, tiene todos los poderes y casi no puede haber oposición, todo lo controlan”, dijo en una entrevista en 2015.
Pablo Neruda (Chile)
Uno de los poetas más importantes del habla hispana, conocido como “el gran poeta de América”, fue senador de Chile por el Partido Comunista. Tuvo que huir del país, , perseguido por la extrema derecha y tras la promulgación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, proclamada por Videla y que declaró ilegal el Partido Comunista. Su salida la hizo tras un año en la clandestinidad, bajo la falsa identidad de Antonio Ruiz, cruzó a caballo la cordillera de los Andes en febrero de 1949. Solo pudo regresar a su país en 1952.
Neruda fue un comprometido político desde sus primeros años, e influenciado fuertemente por la Guerra Civil española. Cuando esta inició él era cónsul de Chile en Barcelona y tenía una relación muy estrecha con la intelectualidad española, fuertemente polarizada por la realidad política.
Neruda fue precandidato presidencial en 1970 y tuvo el nivel de generalísimo de Salvador Allende en esas mismas elecciones.
Gabriela Mistral (Chile)
Este fue el pesudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, la primera mujer iberoamericana en ganar un Nobel, el de literatura en 1945. Fue una mujer profundamente comprometida con sus ideas sociales, que exploró y desarrolló desde su rol de maestra pues tuvo la oportunidad de conocer las grandes diferencias chilenas al ejercer el magisterio en decenas de pueblos a todo lo largo de la nación chilena.
En 1910 fueron de gran impacto sus artículos de prensa en los que abogaba por la instrucción primaria obligatoria en su país, en su momento este era un tema de gran impacto político, que transformó la sociedad.
Este compromiso con la niñez, los desamparados, los pobres, el indigenismo y más adelante, contra el imperialismo, lo expresó en sus poemas.
Su obra, así como su presencia y compromiso, fueron inspiración para Pablo Neruda, en Chile, pero también para el mexicano Octavio Paz, país en el que ayudó a desarrollar el plan de bibiliotecas municipales.
Desempeñó cargos diplomáticos y fue funcionaria de organizaciones internacionales como la Liga de Naciones (1926) y la Sociedad de las Naciones. Apoyó a través de escritos al general Augusto Sandino de Nicaragua, de quien se hizo cercana; también dio discursos sobre compromiso social y la situación de América Latica en Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba.
Mario Benedetti (Uruguay)
Fue militante del movimiento de Liberación Nacional-Tupamarus entre 1971 y 1973; además, se unió al Movimiento 26 de marzo, que era el frente amplio de la izquierda para hacer frente a la represión de la derecha uruguaya.
Por sus ideas políticas tuvo que irse al exilio tras el golpe de Estado en Uruguay en 1973; estuvo en Argentina y luego pasó a Perú, donde fue detenido y deportado. Tras una amnistía consiguió refugio en Cuba y un tiempo después, en España. En 1976 volvió a Cuba donde hizo parte del Consejo de Dirección de Casa de las Américas.
Desde el exilio, con su poesía, que ha llegado a ser denominada como “panfletaria”, gracias a su lenguaje accesible y sus formas cercanas, expresó su ideología y llamó de diversas maneras a la movilización de sus coterráneos y de toda América Latina. Fue un gran crítico del imperialismo, de la injusticia social latinoamericana y del olvido de los más necesitados. Un ejemplo de esto es su poema “El sur también existe”.
Roque Dalton (El Salvador)
Sobre este poeta salvadoreño, Julio Cortazar escribió “Hablar con Roque era como vivir más intensamente, como vivir por dos”.
Fue poeta y político, muy comprometido con la causa marxista en su país, integrante del Partido Comunista Salvadoreño. Su vida fue compleja, la mayor parte en el exilio, con fuertes raíces en Cuba.
Obtuvo múltiples galardones por su obra poética, cuya temática era de manera mayoritaria la preocupación por el destino de su país, a tal punto que se le considera el máximo exónente de la poesíra revolucionaria de El Salvador.
En 1973 se involucró Estuvo involucrado directamente en la lucha armada en El Salvador, con el ERP —Ejército Revolucionario del Pueblo—; allí tuvo diferencias con uno de los caudillos del grupo, Alejandro Rivas Mira, quien tras un juicio sumario decidió su ejecución por considerarlo nocivo para la causa revolucionaria.
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