Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, es el nuevo Presidente de México, un candidato de izquierda que superó varias derrotas pero que supo leer el contexto mexicano, canalizar el descontento de la ciudadanía e implementar una campaña política desde diferentes frentes.
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El nuevo presidente de los Estados Unidos Mexicanos alcanzó la mayor votación de la historia de su país con 30’113.483 votos, este suceso no sólo es producto de una coyuntura, al contrario, refleja el fruto de 50 años de trabajo político y 30 años de aspiraciones electorales en diferentes ámbitos. El triunfo de este reconocido político de izquierda plantea cómo la política partidaria y tradicional puede renovarse y ajustarse a las nuevas formas de participar, conjugarse con los nuevos elementos del marketing y la comunicación política y conquistar nuevos electorados.
La victoria de líder del Movimiento Regeneración Nacional – Morena-, es sin duda una de las campañas más sonadas recientemente en América Latina, ya que representa el triunfo de un candidato que superó el escepticismo de tres contiendas electorales perdidas y el tabú de la izquierda, tendencia que hoy se encuentra desdibujada y decaída electoralmente en el continente. Dicho escenario podría ser desfavorable para muchos, sin embargo, la campaña de AMLO supo potenciar, renovar el discurso y creó una exitosa conjugación entre las viejas y nuevas prácticas.
Así pues, la campaña electoral estuvo marcada por un trabajo en todos los terrenos, se desarrollaron las redes sociales como nunca en sus anteriores campañas, pero a la par se trabajó con las comunidades, colectivos y grupos afines. Una campaña desde diferentes frentes, en los cuales se involucró tanto a las bases partidarias sólidas como a nuevos electorados con innovadoras estrategias comunicacionales.
Dichas estrategias, conjugadas con el hostigamiento de la ciudadanía para con el gobierno de turno en cabeza de Enrique Peña Nieto y sus políticos tradicionales, permitieron que López Obrador capitalizara el discurso del cambio y que personificara, junto a su partido, una nueva alternativa. Es así, como su principal apuesta de campaña giró en torno a la esperanza, “la solución” y acabar con la corrupción.
Una narrativa coloquial y cercana conjugada con una estrategia transmedia exitosa: (relato desplegado en varios medios de comunicación).
La campaña empleó un lenguaje cercano, coloquial y altamente emotivo. Expresiones como: “Frijol con gorjojo”, “Una lanita” “chachalaca”, “Prensa fifi” y “Pueblo” fueron constantes en todos los discursos y piezas publicitarias.
Abre más los ojos, fue una plataforma virtual que surgió como una campaña alterna, la cual se encargó de replicar la información del candidato y la coyuntura mexicana de forma virtual. Dicha plataforma contó con tal nivel de éxito, que sus contenidos eran viralizados en las redes sociales constantemente.Ahora bien, a pesar de ser un contenido ligero, gracioso, y digerible para la ciudadanía este espacio logró exponer de forma detallada todos los componentes del programa de gobierno del candidato, siendo una experiencia importante de difusión de propuestas.Incluso luego de la victoria de AMLO dicha plataforma sigue siendo un medio de información valioso, donde el presidente se apoya para comunicar sus nombramientos.
Aunque los medios virtuales fueron aliados estratégicos, AMLO nunca dejó atrás los tradicionales mítines, su constante contacto con la ciudadanía y bases obreras, propias de las tendencias de izquierda.
Juntos haremos historia y la esperanza de México, fueron lemas que retrataron el sentimiento que el candidato despertó ante el electorado.
Un hombre cercano al pueblo, con experiencia y sin rasgos de corrupción, el mayor talón de Aquiles de sus adversarios, fueron la coyuntura perfecta para una estrategia impecable.
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