#TBT A reír en serio

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Los 10 mejores chistes políticos de los tiempos de la Guerra Fría, desclasificados por la CIA
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Los 10 mejores chistes políticos de los tiempos de la Guerra Fría

Gherman Titov  Nikita Khrushchev e Iuri Gagarin. Autor desconocido. Pertenece al Dutch National Archives, The Hague, Fotocollectie Algemeen Nederlands Persbureau (ANEFO), 1945-1989, CC BY-SA 3.0 

Entre los miles de folios de los archivos que la CIA desclasificó hace poco más de un año, y que quedaron a disposición de quien desee consultarlos, surgen dos páginas que producen risas, y que desde su particular contenido, presentan una radiografía del pensamiento y la vida de los habitantes de la URSS antes de su disolución.

Se trata de una colección de chistes que surgían del trabajo de espionaje realizado por los agentes de la Central de Inteligencia Americana, planteados tanto por oficiales soviéticos, como por personas del común. Al lado de cada uno se establece dónde fue escuchado, aunque no se identifica a boca de quien. Se especula que esta era una manera de medir el clima de opinión, pero también se ha dicho que fue una solicitud del presidente Ronald Reagan, un aficionado al humor y los chistes.

Elegimos los que, a nuestro juicio, son los 10 mejores:

1. Sobre el temor a los gobernantes:

—Última hora: Stalin ha muerto

—Sí, pero ¿quién le dice a Stalin?

2. Sobre la libertad de expresión:

Está un estadounidense conversando con un soviético, y para mostrarle los beneficios de la libertad de expresión en su país, le dice:

—Vea hermano, en cualquier momento yo puede ir a la Casa Blanca y gritar: “¡Que se vaya al diablo Ronald Reagan!” (el presidente de EE. UU. en el momento)

El ruso le contesta:

—Pero eso no es nada… yo también puede ir al Kremlin y gritar: “¡Que se vaya al diablo Ronald Reagan!”

3. Sobre el desgaste de los poderosos:

Un policía soviético aborda a un transeúnte y le pregunta:

—¿Qué piensa usted del gobierno soviético?

—Lo mismo que usted —le contesta el personaje.

—Lo siento, lo tengo que arrestar.

4. Sobre las formas de gobierno de sus líderes:

Un tren en el que viajan Lenin, Stalin, Jruschov, Brézhnev y Gorbachov, se detiene de repente porque se acaban las vías. Cada líder propone una solución. Lenin reúne a los obreros y campesinos a millas alrededor y les anima a construir más vías. Stalin fusila a la tripulación del tren cuando el tren deja de moverse. Jruschov reanima a la tripulación muerta y ordena arrancar las vías que han quedado atrás para instalarlas por delante del tren. Brézhnev agita las cortinas y se balancea hacia delante y hacia atrás haciendo ver que el tren se mueve. Y Gorbachov convoca una manifestación frente a la locomotora y empieza a gritar la consigna: “¡No hay vías! ¡No hay vías! ¡No hay vías!”.

5. Sobre el déficit de alimentos:

Entra una persona a una tienda de alimentos y pregunta al dependiente:

—¿Hay carne?

Y este le responde:

—No, aquí no hay pescado; donde no hay carne es en la tienda de enfrente.

6. Sobre el desgaste del sistema

—¿Es el marxismo una ciencia?

—No, si lo fuera lo habrían probado primero con animales.

7. Sobre la dificultad de acceso a bienes y servicios

Un hombre está haciendo la fila afuera de una botellería, y le dice al personaje que está delante de él:

—Ya he tenido suficiente, guárdame el lugar, voy a dispararle a Gorbachov.

Como a las dos horas, el personaje llega nuevamente a su lugar en la fila y le agradece al su vecino, quien le pregunta:

—¿Cómo te fue? ¿Sí le diste?

A lo que él contesta:

—No, la fila era incluso más larga que la de aquí.

8. Sobre la opinión pública

En clase de redacción, un niño escribe: “Mi gata acaba de tener siete gatitos. Todos son comunistas”. Esto satisface al profesor.

A la semana siguiente, el mismo niño hace su texto en clase; esta vez escribe: “Los siete gatitos de mi gata son capitalistas”.

El profesor recuerda al niño que la semana anterior había dicho que los gatitos eran comunistas. El niño responde: “Pero es que esta semana ya abrieron los ojos”.

9. Sobre la hartura con el sistema de espionaje a las personas

Un hombre está intentando comunicarse con la KGB, después de que su sede ha sufrido un incendio. Llama la primera vez y el operador al teléfono le responde:

—No puedo conectarlo porque la KGB acaba de incendiarse.

El operador recibe una nueva llamada del mismo personaje, al que le da la misma respuesta:

—La KGB acaba de quemarse.

A la tercera llamada, el telefonista, ya molesto, le responde:

—¿Por qué sigue llamando? Ya le dije dos veces que la KGB se quemó.

A lo que el hombre en el teléfono responde

—Sí, lo sé… Solo me gusta escucharlo.

10. Este lo contó el propio presidente Ronald Reagan en un discurso en marzo de 1988.

En él explicó que estaba recopilando historias contadas en la Unión Soviética, y luego narró:

Un hombre está comprando un carro. El vendedor le dice:

—Todo está listo y en regla. El auto le será entregado en su casa, en diez años.

A lo que el comprador pregunta:

—¿En la mañana o en la tarde?

Y el vendedor responde:

—Bueno, dentro de diez años, ¿qué diferencia hay?

—Pues que ese día por la mañana ya tengo cita con el fontanero.

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