Editorial julio 2.020

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Editorial junio 2020
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Nota del Director

Pocas situaciones podrían haber sido tan impredecibles para el contexto político global como la pandemia generada por el coronavirus, nadie en sus más elaborados pensamientos podría haber siquiera imaginado que un solo evento cambiaría la manera de hacer política en el mundo. Y aunque los ajustes serán a nivel planetario, todo empezará –como pasa siempre en
la política- en casa.

Konrad Adenauer, unos de los padres de la Europa moderna decía que “cuando el mundo parece grande y complejo, debemos recordar que los grandes ideales mundiales comienzan en un vecindario”. Los coletazos de los cambios en la política se van a experimentar primero en las pequeñas ciudades, eso dará paso a que las grandes urbes maniobren y luego los países entren en las nuevas tendencias.

Se ha hablado mucho de qué podría llegar en estos momentos, cuáles serán los cambios reales y cómo padeceremos (o nos beneficiaremos) de esta nueva gestión de la política. Todo lo que se diga o escriba sobre estos asuntos son meras especulaciones, nadie podrá dimensionar hasta dónde vamos a avanzar, lo que sí podemos predecir, pero no sólo por la pandemia, sino por la tendencia que llevaba antes, es que la ciberpolítica tendrá un sitial de honor en las relaciones ciudadanas.

Seguramente hasta que se encuentre una vacuna o un tratamiento efectivo que quite el temor al contagio, se acabarán los grandes mítines y concentraciones; la gente valorará más su riesgo sobre cualquier actividad que no les genere réditos directos. Sin embargo al pasar el tiempo las aguas volverán a su cauce, con una ganancia adicional para la actividad política: la ciudadanía se habrá acercado tanto al mundo digital, que nos habremos ahorramos un largo camino.

Será más fácil aprovechar las redes sociales, la política seguirá siendo cuestión de cercanía pero en una dimensión diferente a la que teníamos, los dirigentes de grandes masas habrán vuelto al uno a uno, como sucedía antes. Vale la pena estudiar liderazgos de antes de los grandes medios, en su relato puede estar la clave (que tendremos que actualizar) de la nueva relación entre políticos y ciudadanos.

¡Al final siempre volvemos al inicio!

Carlos Andrés Pérez

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