Hope, el nacimiento del símbolo de una campaña exitosa
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El icónico afiche de Barack Obama no surgió de los ideólogos de la campaña presidencial demócrata de 2008, lo creó un espontáneo seguidor en las calles de Nueva York. Esta es la historia.
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Hope, el nacimiento del símbolo de una campaña exitosa
El icónico afiche de Barack Obama no surgió de los ideólogos de la campaña presidencial demócrata de 2008, lo creó un espontáneo seguidor en las calles de Nueva York. Esta es la historia.
Shepard Fairey, así se llama el creador del cartel que le dio la vuelta a norteamérica y al mundo entero con el rostro y la síntesis del mensaje del entonces candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama. Él era un artista callejero con algunas piezas de crítica social y política en muros de su ciudad. Todo comenzó con un reto entre colegas de diferentes vertientes políticas: tras la discusión con un publicista amigo en torno a la naciente campaña de Obama, Fairey dijo que crearía una obra para apoyar esa candidatura y consiguió contactarse con la campaña para que le dieran la autorización de hacer su diseño.
Así, sacó su cartel, que hizo en un solo día a partir de una fotografía de Obama que tomó de una búsqueda en Google. Hizo la impresión y salió a las calles de Nueva York a vender sus 700 carteles. Fue sorprendente la aceptación del público, y en solo unos días estaba reimprimiendo. Inicialmente el mensaje que tenía el afiche era progress (progreso), pero en la segunda impresión lo cambió por Hope (esperanza), y más adelante, por encargo de la campaña, también hizo otros con Change (cambio) y Vote. Como se acercaba el súper martes, la campaña estaba en efervescencia, así que los 4.000 afiches de la segunda tirada se distribuyeron muy pronto en los mítines políticos. Shepard además generó piezas digitales que se viralizaron por voz a voz y los medios digitales existentes. En total, durante la campaña él imprimió 300.000 afiches y más de un millón de adhesivos; además, los entusiastas de la campaña en todo el país hacían sus propias reproducciones para darle presencia a su candidato.
La pieza consiguió sintetizar en manchas de color, con la técnica estarcido, el rostro del candidato, utilizando bloques blanco, azul y rojo, los colores del partido demócrata, pero dándoles una tonalidad propia: beige, azul pastel y oscuro y rojo terracota. Ha tenido grandes elogios por su originalidad, y se conecta con el arte contemporáneo.
El propio candidato, en conversación con Fairey, cuando se conocieron en abril de 2008, le preguntó cómo era que había logrado propagar de esa manera la imagen, y con ella el mensaje. Realmente había sido el entusiasmo de los demócratas, indicó el autor en una entrevista para la revista Smithsonian, y dijo «parecía impresionado. El tema era el poder de la gente, no el poder del dólar».
En 2009 el original del afiche fue expuesto en la National Portrait Gallery, en Washington D.C., donde es exhibido como una pieza icónica de la comunicación política contemporánea.
En 2012 el autor debió enfrentar una condena por derechos de autor, pues la agencia de noticias AP reclamó derechos porque la obra había sido realizada sobre una fotografía tomada por uno de sus fotógrafos, Mannie García. Tras un proceso judicial, Fairey debió pagar una multa y dos años de libertad condicional, pues se encontró que había alterado pruebas en su litigio.
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