Cuando el Techno es símbolo de revolución
Los acordes nacidos del sintetizador, sinónimo de rumba y jolgorio en casi todo el mundo, en Georgia son hoy una expresión de protesta, de inconformidad política y social.

“We dance together, we fight toghether”
Bailamos juntos, peleamos juntos

Más de 20.000 personas se agolparon frente al parlamento en Tbilisi al ritmo de la música thecno, exigiendo mayores libertades. Foto: djmag.com
En Tbilisi, capital de Georgia, en Europa oriental, se ha formado un gran movimiento social que reivindica la libertad de expresión, el respeto a la individualidad y la introducción a su sociedad de los valores occidentales, simbolizada a través de la música electrónica.
Su lema: Bailamos juntos, luchamos juntos; con el que se viene movilizando a las comunidades jóvenes, incluyendo los grupos LGBTI. Con esto han logrado simpatía y solidaridad internacional, principalmente de otros países europeos.
Germina la protesta
Esta protesta empezó cuando una noche la policía realizó una redada masiva en múltiples centros de diversión juvenil; el objetivo: actuar contra los delitos relacionados con las drogas.
Según el Ministerio de Interior, se trató de una operación que buscaba el control del tráfico de drogas en los centros nocturnos, por lo que estaba justificado. Pero los métodos dejaron asombrados e inconformes a miles de jóvenes y adultos que estaban en los establecimientos, como clientes o trabajadores.
Esta acción policial, definida como abusiva por las comunidades, desató una protesta de dos días frente al parlamento georgiano.
“Cuando vi que unas 20.000 personas estaban bailando, casi rompo en llanto”, declaró el cofundador de Bassiani, el primero de los centros intervenidos. La protesta se había transformado en una rave (fiesta electrónica).
Allí participaron miles de jóvenes, quienes fueron a expresar tanto su molestia por los excesos de la fuerza pública, como su frustración por lo que consideran persecución a las comunidades LGBTI y a todo lo que signifique la cultura occidental. Georgia perteneció a la URSS, pero desde 1991 es una nación soberana y democrática. Los protestantes declaran que Rusia siempre ha pretendido tener un dominio sobre su legislación y su desarrollo nacional.
En Georgia, y a diferencia de la mayoría de países del viejo continente, la ley castiga la posesión de incluso dosis mínimas de drogas como la marihuana, hasta con 14 años de cárcel. Adicionalmente, su legislación no hace ninguna distinción entre posesión para uso personal y tráfico. La protesta exigía respeto a sus libertades, una mirada diferente al tema de las drogas (la cárcel no arregla nada, decían) y la revisión de estas leyes.
Lo que no esperaba el gobierno fue encontrarse con una comunidad, que se integra en torno a la música electrónica, activa y con capacidad para organizarse. Aspectos que sobrepasan el estereotipo que este género musical podría plantear en torno a la rumba y el baile incesante.

Las pancartas de un estribillo de batalla que se viene repitiendo en Europa desde mayor. Foto: Twitter
La contraprotesta
En el medio del rave, grupos de conservadores, entre ellos agrupaciones de carácter neonazi, decidieron también salir a la protesta, pero para atacar a los revoltosos, de quienes detractaban sus intenciones reales: imponer la izquierda en el país. Así las cosas, las calles se iban volviendo un polvorín, a riesgo de que en cualquier momento la protesta dejara de ser solo musical y dancística.
Allí la Iglesia Ortodoxa tiene un gran poder, y la media de la población es tradicionalista y de valores conservadores. Esta iglesia condena a los homosexuales y ve con malos ojos todo lo que tiene que ver con la introducción de los valores occidentales a su sociedad.
Si bien hubo protestas de ambos bandos, no se presentaron enfrentamientos.

El rave como estrategia de protesta. Foto: djmag.com
Un gobierno sorprendido
A través de su movimiento pacifista, que reúne a miles de jóvenes en las principales plazas del país, en frente de los edificios gubernamentales y policiales, suena la música con sus acordes de sintetizador y otros instrumentos electromagnéticos, mientras bailan y cantan, su modo de expresar la libertad y el descontento.
El tema ha escalado. Los jóvenes han recibido el apoyo de los principales influenciadores del movimiento techno en el mundo. DJ de Europa, Asia y América se han manifestado, y se ha visibilizado la problemática en el tema de libertades, así como la dificultad del control del narcotráfico, que es combatido solo en el plano del consumidor, no de las grandes estructuras.
Así las cosas, el gobierno ha tenido que tomar cartas en el asunto: el Ministro de Estado ya se ha comprometido a revisar las leyes sobre drogas. Algunos de los centros que habían sido clausurados después de la redada de mayo han recuperado sus licencias de funcionamiento; entre ellos Bassiani, un lugar de reconocimiento internacional entre los seguidores del techno.
Ese día de la apertura, como un símbolo de triunfo y resistencia, la comunidad musical underground se reunió allí e hizo un rave memorable, que transmitió en directo por sus redes sociales, para que el mundo entero se integrara a su revolución y la celebración de su unidad.

Una celebración musical y política en Bassiani, uno de los centros nocturnos, ícono del techno en Europa oriental.
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